En lo personal, me cuesta trabajo pensar en una oposición real entre ficción y no-ficción.
Sergei Tretyakov
El escritor ruso, ya desde los 20s del siglo XX, desafió esta oposición en el marco de la factografía. ¿Es posible desgarrar el amorío entre la ficción y la no-ficción?
Lo retomo en este contexto, entonces, porque es útil como problematización de inicio, además de que goza de amplia popularidad en nuestros tiempos.
En lo personal, la noción de ensayo me atrapa más, pues sugiere:
- prueba y error
- ejercicio constante
- duda como punto de partida
Pasemos al caso revisado para esta clase:
Hay una propuesta radical que pretende evocar una condición real. Lo que podría, en un inicio, interpretarse como un rasgo conceptual (pantalla en azul), se convierte en una estrategia de representación de lo real.
Comparemos la propuesta de Blue con el libro que incluye las reflexiones de Derek Jarman en torno al color.
(click en la imagen para ver el libro)
Tres capturas aleatorias que confirman el estilo, ¿qué registros identificamos?
El texto de Jarman, así como la película, confirman la multiplicidad de registros posibles en el ensayo fílmico y poético. Cuando se aleja de una pretensión academicista, el ensayo abre posibilidades a otro tipo de experiencias de la realidad. Algunos registros que conviven son el poético y el científico, el íntimo y el público, el médico y el emocional.
Veamos el inicio de un cine ensayo muy importante en la historia del cine (Noche y niebla, Alain Resnais)
Ahora bien, no solamente por medio de voces escritas podemos construir un ensayo. También hay ensayos silentes, como este corto de Chris Marker, Junktopia.
En cuando a mi propia obra, les comparto Tanta Luz, donde ficción y no-ficción son igualmente, importantes.
Invito a una reflexión colectiva sobre la potencia expresiva del ensayo.
Para la siguiente clase trabajaremos a partir de Harun Farocki y su propuesta de "un nuevo tesauro cinematográfico".
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